Hay un dicho que me encanta y es ese que dice: Nunca te acostarás sin aprender algo nuevo. Hoy me gustaría ayudarte a que eso te suceda. A ti, que vives mil aventuras en la piel de cientos de personajes diferentes, que te devanas los sesos con esas historias de misterio, que sufres como nadie con las injusticias que le suceden a los protagonistas y te mantienes en tensión con las escenas de suspense. A ti, te hago una pregunta ¿Te gustaría conocer algunas curiosidades de los libros?
No te hablo de unos libros en concreto, sino de todos. Me refiero al soporte físico. Al papel, al cartón y a la tinta que dan forma a todas esas historias. ¿No te gustaría saber esas cosas que nunca se saben? ¿No te gustaría conocer un poco mejor los detalles de su fabricación, de su diseño, de por qué son como son? ¿Incluso descubrir que eso que creías conocer no es exactamente así?
Una pequeña historia
Pero antes permíteme que te cuente una pequeña historia. ¿Me dejas? No será muy larga, de verdad.
Siempre me ha gustado el cine, desde muy pequeño. Ya habrás comprobado que siempre que puedo aprovecho para contarte algo sobre películas o series. Pues hace unos años tuve la oportunidad de trabajar en la cabina de proyección de un multicine. Un trabajo fascinante para cualquier amante del séptimo arte. Ordenaba la cabina, montaba las películas, las proyectaba, las veía decenas de veces, las ajustaba, las desmontaba… Pude conocer el cine desde dentro, y eso mató toda la magia.
Desde entonces, cuando iba a una sala a disfrutar de alguna película, prestaba más atención a los aspectos técnicos de la propia sala que a la película en sí. Pensaba en lo que estaba pasando entre bambalinas y no me fijaba en lo que sucedía en la pantalla. De hecho, terminé por dejar de ir al cine durante mucho tiempo.

Con la escritura y los libros me pasó algo parecido. Una vez que descubrí cómo había que escribir un texto, conceptos básicos de maquetación, las reglas de escritura, algunos detalles de la edición… ya no leía igual. Me fijaba más en el continente que en el propio contenido. Dejé de leer como lector y empecé a hacerlo con ojo analítico y, eso, también mató la magia de la lectura.
Te cuento esto porque no me gustaría que dejaras de disfrutar de la lectura por mi culpa. Quizás sea un poco pretencioso por mi parte pensar que lo que te voy a contar pueda llegar ser tan trascendente para ti. Pero prefiero avisarte. Tómatelo como lo que es, simples curiosidades de los libros. Curiosidades que espero hagan que disfrutes aún más de ellos.
Curiosidades de los libros: El exterior
Mi idea es hacer un par de artículos centrándome en diferentes aspectos de los libros. El de hoy lo voy a dedicar a la parte que vemos primero: el exterior.
No, eso no es la portada
Lo que se conoce comúnmente como portada no es la portada, en realidad se llama cubierta exterior (o primera cubierta). La portada es interior. En concreto es esa página donde puedes ver el título del libro y el del autor. Pero un libro tiene más de una cubierta.
Cubierta exterior o primera cubierta
Es el sitio donde vemos el título del libro en una tipografía llamativa, junto con el nombre del autor, el sello de la editorial y cualquier otra información que pueda servir para captar la atención del lector. La función de la cubierta exterior (además de proteger el libro), es la de llamar nuestra atención para que nos acerquemos a él. Por eso vemos cubiertas de lo más variado, con bonitas imágenes, diseños fotográficos o ilustraciones muy curradas. ¿Cuántas veces has comprado un libro gracias a su cubierta? Yo muchas.
Segunda y tercera cubierta
Son la parte interior de la primera cubierta y la cuarta cubierta respectivamente. No suelen tener información y normalmente van en blanco. Aunque no es extraño que se aproveche para colocar algún dato sobre el autor o la editorial.
La cuarta cubierta
Es lo que conocemos como «contraportada» y suele ir en sintonía con la primera cubierta en cuanto a diseño y material. En ella lo normal es encontrar información sobre el libro (sinopsis, valoraciones, código de barras, ISBN…) y a veces también sobre el autor.
El Lomo
Es la parte que une la primera y la cuarta cubierta. Es lo que vemos del libro cuando lo tenemos colocado en la estantería junto a otros. En él lo que solemos ver es el título del libro, el nombre del autor y el sello de la editorial. Su grosor dependerá de la cantidad de páginas y de la calidad del papel utilizado.
Solapas
Algunos libros tienen solapas, esa parte de las cubiertas dobladas hacia adentro. Es el lugar donde se suele poner la fotografía del autor, su biografía o información de otras colecciones de la editorial. Diría que le dan más elegancia al libro.
Muchos autores/editores no le dan la importancia que merece al diseño de la cubierta exterior. Tan solo tienes que darte una vuelta por Amazon para ver a qué me refiero. Creo que eso es un gran error. La cubierta es lo que hará que un lector se decida a coger su libro de entre todos los demás. Un buen diseño cuesta dinero y por mucho que a un autor le guste ese dibujo que le hizo su hija en el colegio, usarlo como diseño en la cubierta no suele ser la mejor idea.
¿Te van los tipos duros o blandos?
No sé si te habías fijado, pero otras de las curiosidades de los libros es el tipo de encuadernación que usan. Además de cubierta, a esa parte de cartón que protege las páginas también se le suele llamar tapa. Y puedes encontrar principalmente dos tipos de encuadernación: libros de tapa dura y de tapa blanda.
Tapa dura
A la encuadernación de tapa dura se la conoce como «en cartoné». Consiste en un cartón rígido de unos pocos milímetro de grosor que suele ir recubierto de otro material (papel, tela, piel…). En ese material que forra la tapa es donde se imprime el título y el diseño de la cubierta. También hay ediciones que dejan la tapa en blanco y usan un papel que envuelve todo el libro (cubiertas exteriores, interiores y lomo) donde imprimen los datos y diseños del libro. Este forro de papel no está pegado a la tapa y se puede retirar con facilidad.
Este tipo de encuadernación le da al libro mayor solidez y resistencia, además de calidad. Son libros más caros porque el proceso de creación es más costoso y complicado. Las hojas suelen ir cosidas en lugar de grapadas o pegadas como sucede con otro tipo de encuadernación.
Tapa blanda
A este tipo de encuadernación también se la denomina rústica. La tapa o cubierta es de un material flexible, normalmente cartulina. Sobre ella se imprimen los textos del libro y el diseño de la cubierta. Las páginas suelen ir pegadas, aunque también hay versiones en las que éstas van cosidas. Es el formato más común que nos podemos encontrar.
Personalmente, prefiero los libros de tapa blanda. Son más manejables, pesan menos y también suelen ser más baratos. Y dentro de los de tapa blanda, prefiero las ediciones de bolsillo porque mejoran todo lo dicho anteriormente. Tengo unos cuantos libros en tapa dura y casi todos han terminado descosidos o despegados por la mitad. ¿Tú qué prefieres?

Fajas, esas intrusas
No todas las curiosidades de los libros son divertidas, algunas generan cierta controversia. Seguro que conoces a personas que para moldear parte de su figura utiliza una faja. Pues los libros también las usan, pero de otro modo. Al contrario que esas personas que conoces, que suelen llevar la faja escondida bajo la ropa, los libros la llevan visible, demasiado.
Las fajas son esas tiras de papel de colores llamativos, que envuelven al libro y que sirven para llamar la atención. Su anchura depende mucho de la información que nos quieran mostrar. Aunque cada vez las hacen más grandes.
¿Qué información suele contener una faja? Pues normalmente el número de copias vendidas o las ediciones que lleva el libro. Eso claro, si el libro ha vendido mucho o si lleva varias ediciones. No me imagino una faja en la que ponga «14 copias vendidas». También te podrás encontrar todo lo bueno que han dicho sobre el libro en los distintos medios o en internet: «La novela de la que todos hablan«, “La sensación literaria de la década”, » ‘Volver’, la novela que no podrás dejar de leer«. Bueno, esto último quizás no, aunque nunca se sabe 😛
Personalmente, suelo deshacerme de la faja en cuanto empiezo a leer el libro, si no antes. A veces la uso de marca-páginas hasta que encuentro otro mejor. ¿Tú que haces con ellas?

Sinopsis
Otra de las principales cosas que nos encontramos en el exterior de los libros es la sinopsis. Si está, va siempre en la parte de atrás ¿Cómo se llamaba esa parte? Muy bien, cuarta cubierta.
Quizás esto no sea una de las grandes curiosidades de los libros, pues todos estamos habituados a leerlas. Si dejas que nos acerquemos un momento a la web de la RAE, podemos ver que hay dos definiciones que concuerdan con lo que nos viene a la mente cuando pensamos en ella:
Sinopsis:
2. f. Exposición general de una materia o asunto, presentados en sus líneas esenciales.
3. f. Sumario o resumen.
Puede que en esencia, una sinopsis no sea más que un resumen o sumario. Pero en la práctica es algo más.
¿Sabías que la sinopsis es una de las cosas más difíciles de escribir? Piensa que el autor o el editor, tienen que resumir en unas pocas líneas, la idea general de su historia. Y hacerlo de tal modo que capte tu atención, que no destripe nada y que te entren unas ganas locas de leer el libro. Al igual que con el diseño de las cubiertas, hay profesionales que se dedican a redactar sinopsis. No es algo que se deba escribir a la ligera.
Voy a mostrarte un ejemplo de sinopsis… a ver qué tengo por aquí a mano… ¡Anda, mira! Si es la de mi novela ‘Volver’ (guiño, guiño). A ver qué dice:
«¿Te has imaginado alguna vez cómo sería volver a vivir una etapa de tu vida, pero sabiendo todo lo que sabes ahora? Sería genial… o no. Adrián, está pasando por una mala racha que dura ya demasiado. Sin perspectivas de futuro, con un trabajo que no le aporta nada y cada vez más alejado de su familia y amigos, siente que todo es una mierda. Y para colmo Ana, su novia de toda la vida, le acaba de dejar. El día después de su treinta y seis cumpleaños despertará veinte años atrás, en una época que ya había olvidado, en plena adolescencia, pero con su mente adulta.»
¿Te llama la atención? ¿Tienes ganas de averiguar qué es lo que le pasará al protagonista? ¿Te has imaginado qué harías en su lugar? Si has contestado sí a alguna de estas preguntas, lo más probable es que estés pensando en comprar el libro. Esa es la labor de la sinopsis. Que después lo compres o no, ya es otra cosa. Pero su trabajo está hecho.
ISBN
Y para terminar con las curiosidades de los libros, voy a hablarte del ISBN. El ISBN son esos números que están junto al código de barras y serían como el DNI del libro. Más concretamente son el International Standard Book Number por sus siglas en inglés (Número Estándar Internacional de Libros).
El ISBN identifica al libro a nivel internacional. En concreto identifica el título, el autor, la editorial, la edición, el país, el idioma original… Por ejemplo, la primera y la segunda edición de una misma novela, tendrán un ISBN distinto.
Aunque el ISBN es un estándar internacional, no en todos los sitios se utiliza. Amazon utiliza un sistema de numeración propio, el ASIN (Amazon Standard Identification Number). Los autores que se autopublican allí no necesitan obtener un ISBN para poder vender sus libros en la plataforma. Por que sí, para obtener el ISBN hay que pagar, poco, pero no es gratis.

Y eso es todo por hoy. Espero que te hayan gustado estas curiosidades de los libros, y si has aprendido algo nuevo, me alegro mucho. Si crees que alguna cosa que te he contado está mal o no es exactamente como lo he explicado, por favor, sácame de mi error.
Antes de que se me olvide. A los suscriptores de la newsletter ya les avisé, pero aún no lo he dicho aquí. Ya sabes que si quieres enterar de todo, y más, antes que nadie, te puedes suscribir a mi lista de correo 😉 .
He empezado a escribir mi segunda novela, esta vez un thriller ambientado en una isla del atlántico. Quiero que esté lista para el año que viene, por lo que voy a necesitar muchas horas de escritura. Por eso motivo (y por todo lo demás que tengo que hacer en mi vida offline), me va a ser imposible mantener un calendario de publicación semanal. Así que a partir de hoy mismo, publicaré en el blog cada dos semanas. Para compensarte, serán artículos más elaborados e interesantes, como el de hoy. Espero que lo entiendas y que te sigas pasando por aquí con asiduidad.
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